Friday 29 March 2013

De aniversario


Ayer fue un día de celebración y yo fui la última en enterarme. ¡Resulta que tal día como hoy dos años atrás comencé a trabajar en el hotel! Cinco entrevistas y un cambio de departamento después puedo decir que he encontrado mi segundo hogar. Sobra decir la gran importancia de contar con un buen entorno de trabajo, especialmente en una ciudad como Londres en la que la nostalgia y morriña acechan a la vuelta de la esquina. En esta ciudad gris tus compañeros de trabajo se convierten en tu familia y yo tengo la suerte de contar con una de las buenas.

No fue hasta casi media noche cuando me sorprendieron con mi postre favorito, sticky toffee pudding; y los tradicionales scones con crema y mermelada. Sin duda de las pocas cosas que merecen la pena de la gastronomía inglesa. Y la pregunta que asalta mi cabeza es “¿Será cierto aquello de que no hay dos sin tres?” En 364 días os lo cuento…


Thursday 28 March 2013

Vuelta al frio


Qué poco dura lo bueno! Parece mentira lo lento que pasa el tiempo en Londres y lo rápido que transcurre cuando estas de vacaciones. Poco puedo contar de mi viaje a Sharm El Sheik: un destino muy recomendable si buscas unos días de sol, playa y eres un amante del buceo y demás deportes acuáticos.

En mi caso soy una persona de sol y playa a secas, por lo que este viaje ha supuesto mi primera incursión en el mundo del buceo. Mi consejo es que compres lo necesario para hacer snorkling en lugar de alquilarlo. En las tiendas de la zona puedes encontrar un set básico por apenas 6 euros, dependiendo de tu capacidad para el regateo, el deporte nacional egipcio.

Así lo hicimos nosotros y, armados con gafas de buceo y aletas, disfrutamos de un día en barco nadando en alta mar en busca de corales y peces de colores en las inmediaciones del parque natural Ras Mohammed.

Tampoco debéis dejar de visitar la playa de coral de El Fanar, en Ras Umm Sidd, resort privado donde puedes disfrutar del buceo, tostarte al sol en las cómodas tumbonas y almorzar en el restaurante con unas maravillosas vistas al mar rojo.

Otra buena opción son las excursiones en buggy por el desierto Sinaí, nada como conducir a toda velocidad entre las dunas al atardecer y descansar a tomar un té en un campamento beduino rodeado de montañas.


 
Parque natural de Ras Mohammed
Playa El Fanar
Buggy en el desierto
Cielo nublado por la arena
Campamento beduino
Mi nueva compañera de viajes

Friday 15 March 2013

Sol y playa


Ante todo quiero pedir disculpas por estos dos días sin escribir en el blog. No tengo palabras para describir el agotamiento físico y mental en que me hallo tras diez días de trabajo ininterrumpidos. Pero vale la pena haber pasado por este trance al pensar que tengo el fin de semana libre y el domingo comienzan mis ansiadas vacaciones!

Ya tengo impresos los billetes de avión y reservado el alojamiento todo incluido en Sharm El Seik, destino de sol y playa para despertar del letargo de hibernación londinense. Dado que la situación en Egipto es bastante delicada, nuestras opciones turísticas se limitan a clases de buceo, paseos en buggy por las dunas y pasar una noche con los beduinos en el desierto.

Lamentablemente las pirámides y templos milenarios deberán esperar a que se calmen las aguas; por lo que mis planes no van más allá de dormir, tomar el sol, comer y beber, al más puro estilo viaje organizado del inserso a Benidorm.

Os dejo con “Me gustas tú”, canción de Manu Chao que no consigo sacar de mi cabeza en estos días en el que soy todo optimismo y energía positiva.

 

Tuesday 12 March 2013

La espiral


Y otro día más atrapada en la espiral de trabajar, dormir, ducha y a trabajar otra vez. Y ya van seis… Pero no todo van a ser penas. Pese a las temperaturas glaciares brilla el sol y mi querida hermana me ha alegrado el día con la noticia de que ha comprado entradas para ver en Madrid a uno de nuestros grupos favoritos: Crystal Fighters.
 

Hago las presentaciones de rigor en caso de que no os suenen de nada: son una banda inglesa de música Indie inspirada en la cultura del País Vasco. Esta peculiaridad se debe a que el grupo toma su nombre de una ópera inacabada del abuelo de una las vocalistas, la cual fue escrita en una casa en mitad del campo de dicha región. La música de Crystal Fighters es una fusión de guitarras electrónicas y acústicas, con sintetizadores, percusión, e instrumentos de tradición folclórica vasca.
 

Echad un vistazo a su canción más conocida, Plage, perfecta para levantar el ánimo en uno de esos días en que no te levantarías de la cama.

"Plage" by Crytal fighters

 
Maybe you will look into my eyes
and you will see just what you done to me.

Monday 11 March 2013

Exilio tropical


Hoy el día ha amanecido nublado y más frio de lo habitual aquí en Londres pese a estar ya a mediados de marzo. Temperaturas máximas de un grado y probabilidad de nieve, ¡qué ilusa he sido al pensar que este año no vería blancas las calles de la city! Al menos me queda el recuerdo de haber pasado la primera gran nevada del año en Brasil, mi exilio tropical durante el mes de enero.

Aquí os dejo algunas de las fotos de un viaje maravilloso y lleno de contrastes. Cerrad los ojos e imaginad que, caipirinha en mano, estáis tomando el sol tirados en la arena de Praia de Pipa o Morro de Sao Paulo.


 
Plaza del pueblo Praia do Forte
 
 
Dulces tipicos en Recife antiguo
 
 
Paseo en Praia de Boa Viagem
 
 
Vistas de Recife desde el pueblo de Olinda
 
 
 
Las afueras de Natal
 
 
Skyline de Natal
 
 
 
Isla de Morro de Sao Paulo
 
 
 
Tibau do Sul
 
 
 
Lazy days
 
 
 
Praia de Pipa
 
 
 
One love beach
 
 
Macaco
 
 
Centro historico de Salvador de Bahia
 
 

Procesion en Salvador


 
Favelas en Salvador
 
 
 
Puerto de Morro de Sao Paulo
 
 
Pescadores
 
 
Plaza de Morro de Sao Paulo
 
 
Atardecer en Morro
 
 
Playa en Morro de Sao Paulo
 
 
Playa en Morro de Sao Paulo
 
 
Al sol de Tibao do Sul
 
 
El lugar al que siempre quiero volver

Sunday 10 March 2013

Talismán de la suerte


Tomé la decisión de escribir este blog hace apenas una semana, cuando en compañía de mis amigas, surgió el tema de conversación estrella: los chicos. Siempre he sido una quiero y no puedo en este tema, soy una inconformista nata y exijo demasiado. Cabe decir que mi última relación seria acabó hace casi cinco años y, aunque he tenido varias historias duraderas desde entonces, no he vuelto a enamorarme.

Harta de historias que no llevan a ninguna parte, a comienzos del año pasado decidí cortar por lo sano. Se acabaron las citas incómodas, las historias de una noche y las relaciones con fecha de caducidad. Durante seis meses dediqué todo mi tiempo y energías a disfrutar de la compañía de mis amigos y a cumplir esos propósitos de año nuevo que normalmente no seguimos durante más de una semana: comer sano, ir al gimnasio, leer más…  lo que viene siendo una dieta detox de cuerpo y espíritu.

Y entonces llegó el verano y una amiga me invitó a pasar cuatro días en la isla de Corfú con su novio y el mejor amigo de éste, Kostas: un excéntrico griego compañero de batallas de la universidad y dueño de una maravillosa casa con vistas al mar. Fue el viaje más desorganizado de mi vida, sin planes ni visitas obligadas. Pasamos los días tirados al sol, bañándonos en las impresionantes playas de aguas cristalinas, disfrutando de la sabrosa cocina griega y bailando hasta el amanecer en los bares de la ciudad vieja.

Taché de loco a Kostas desde el minuto uno del viaje. Su marcada personalidad hace que le ames o le odies, pero desde luego no deja indiferente a nadie. Creo que jamás he conectado tanto con alguien en tan poco tiempo, su sentido del humor y su forma de ver el mundo me fascinaban, era como si nos conociéramos de toda la vida.

Sé que suena a tópico pero vivimos una historia de las que crees solamente pasan en las películas. Disfruté cada minuto de nuestro tiempo juntos y abandoné la isla con el corazón en un puño y la esperanza de que cumpliese su promesa de visitarme en Londres.

Pasaron dos meses y poco a poco empecé a perder contacto con Kostas. Pensé que a lo mejor había idealizado nuestra historia y que para él yo había sido una aventura más de verano. Fue entonces cuando recibí un mensaje suyo diciendo que vendría a la ciudad en un par de semanas. Quedamos en que me buscaría a la salida del trabajo y tomaríamos algo por Soho.

Resultó extraño verle después de tanto tiempo, le noté un poco callado pero pensé que sería el efecto del maravilloso clima otoñal de Londres, no precisamente el escenario más propicio para un reencuentro. Tras vagabundear en busca de un bar abierto y pedir unas cervezas, Kostas me dijo que había algo importante que tenía que contarme. Casi se me cae el alma a los pies cuando me dio las gracias por haber entrado en vida, que fui su lucky charm para encontrar a la persona que más quería en el mundo.

Le miraba boquiabierta cuando me contó que la noche en que nos dejó a mi amiga, su novio y a mí en el aeropuerto, accidentalmente chocó con una chica cargada de maletas recién llegada a la isla. El incidente no fue más allá de las disculpas de rigor, pero, horas más tarde, volvieron a encontrarse en uno de los bares de la zona y el resto es historia.

¿Cómo he de reaccionar a una declaración semejante? Se supone que debo alegrarme por él? Aunque quería salir de allí, echar a correr y olvidar que alguna vez nos conocimos, decidí pasar un rato con él y echarnos unas risas. Una rebuscada parte de mi mente albergaba la esperanza de que no hubiera viajado más de dos mil kilómetros sólo para plantarme en persona. No me equivocaba, las circunstancias truncaron el futuro de una breve historia y siempre me preguntare lo que pudo haber sido.

Me ha costado bastante tiempo recordar a Kostas sin sentir pena o decepción, pero a día de hoy me  alegro de haber sido su talismán de la suerte. A fin de cuentas el inspiró el título de este blog.

Saturday 9 March 2013

La revelación


Esta mañana, me desperté sobresaltada y con una enorme sensación de vacío existencial. Fue como si de repente me quitaran una venda de los ojos y me sintiera abrumada por el mundo que gira a mi alrededor. La angustia no me deja pensar con claridad y no puedo dejar de preguntarme: que estoy haciendo con mi vida?
 
Siempre se me ha antojado realmente complicado tomar decisiones. El miedo a equivocarme ha hecho que cientos de veces opte por seguir el camino más fácil y conformarme con lo que tengo, aunque no sea lo que realmente quiero en la vida.
 
Quizá en este punto deba hacer las presentaciones de rigor: me llamo Adrianna, tengo 27 años y desde hace cuatro vivo la vida del cangrejo. Es decir, camino de espaldas, al contrario que el resto de la gente de mi entorno, cada día me siento más joven y me comporto como tal. Mis amigos están más cerca de la veintena que de la treintena  y me aferro al carpe diem como un clavo ardiendo.
 
Hoy estoy de celebración:  mi tercer aniversario en Londres, ciudad a la que me mude cuando decidí romper con aquello de “más vale lo malo conocido”. Resulta que no estaba desencaminada, hasta ahora solo me he topado con lo bueno por conocer. Y digo hasta ahora porque de repente me siento perdida, abrazada a la soledad de una ciudad gris en la que todo se mueve a un ritmo vertiginoso.
 
Esta repentina revelación vital se debe en parte a la última visita que hice a mi hometown, una ciudad dormitorio de la periferia madrileña. Volver a mis raíces siempre me deja un sabor agridulce: por un lado no dejo de sentirme como un turista deseoso de disfrutar cada minuto de esta escapada de fin de semana en compañía de mi familia y amigos;  y a la vez, siento que ya no pertenezco a este lugar que de repente se me antoja extraño.
 
Y ahí surge la cuestión: he cambiado yo o han cambiado ellos? La respuesta es tan simple como que han cambiado las circunstancias. El tiempo pasa inexorable borrando huellas y aquellas cosas que siempre diste por sentadas pasan a ser un archivo más en tu memoria. Y no hay vuelta atrás.
 
"Girls like you" by The Naked and Famous

 

What will you do when something stops you?
What will you say to the world?