Hoy ha sido un día cargado de emociones, de
esos que te dejan un sabor agridulce antes de irte a la cama. La felicidad por
dar un paso adelante en mi trayectoria profesional se ha visto nublada al tener
que despedir a mis compañeros del bar a los que tengo un gran aprecio,
personas que durante casi un año han conseguido alegrarme el día y sacar lo
mejor de mí. Personas que ya no estarán ahí
para recibirme con los brazos abiertos cuando tenga un mal día y
necesite un abrazo.
Pese a que Londres es un sitio de paso y las
despedidas están a la orden del día, siempre cuesta decir adiós. Es como si con
esas personas, a las que sabes que probablemente no volverás a ver en tu vida,
se fuera una parte de ti. Sabes que
desde ese instante solo existirán en un rincón de tu memoria.
Quizá lo más tiste de todo sea el saber, casi
con certeza, que pronto alguien remplazará el papel que esas personas ejercen
en tu vida (y viceversa) y que el tiempo borrará esos recuerdos. Resulta
asombroso darse cuenta de cómo somos capaces de olvidar tan a la ligera y
adaptarnos a los cambios sin mirar atrás.
I wanna meet a friend
In a bar tonight
The evening is long
So long I hardly move
A can in my hand
A picture in my mind
A voice I need to hear,
A laugh I need to show
We're lonely, babe
In a boat, again
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